domingo, 26 de febrero de 2012

De mí ...

Hay pedazos de mí regados por todas partes. Partes de mí por todos lados, muchas. 
Unas cuántas se quedaron perdidas hace tiempo, meses, semanas o días. Perdidas están.
Otras las he dejado botadas por ahí muy recientemente. A veces no es tan malo dejarlas. A veces, incluso es la mejor opción.
Una parte de mí anda con mi mejor amiga en Paris desde hace dos meses y medio. Otra parte se quedó con mi  ex, a quien casi voy a buscar anoche. Una, tenía un mejor amigo hace tiempo, cuando era adolescente, pero al perderlo se quedó sola y mejor se escondió. Otra, anda divagando desde hace semanas, una se divierte y la otra se la pasa solo y de mal humor todo el tiempo.

Hay veces que esas partes parece que se encuentran, todas, el mismo día, al tiempo, en el mismo lugar. Es difícil reconciliarles. No están peleadas pero son como hermanas, que a veces se aman y otras se odian. De vez en cuando llegan a ponerse de acuerdo y todas juntas me hacen feliz, muy rara vez.

Hace tiempo perdí una que al parecer era importante, no sé. Era la que solía ser obediente con mis padres, iba a la iglesia y no le entraba al alcohol y a las fiestas. Tiene casi 4 años que se quedó quizás sentada en una banca de la iglesia evangélica a la que solía asistir en aquél entonces, todos los domingos a partir de las 5 de la tarde, o quizás, se quedó debajo de la cama de mis papás, ellos se la pasan buscándola, y cada que pueden me preguntan dónde la dejé. Es posible que todos sabemos bien dónde se quedó pero nunca va a regresar, perdida está.

Hay una parte que es muy responsable, pero casi siempre gana la que no le gusta hacer nada. Me divierte más la segunda pero quisiera tener más contacto con la primera. Esa, la primera, se la ha pasado pensando en el futuro y quiere emanciparse, pronto.

Anoche me encontré con una que no recordaba. Cuando la tuve de frente tuve miedo. Luego me dí cuenta que, como me pertenece, podía hacerla como yo quisiera, así que después de mandar unos mensajes ridículos por celular, la sostuve de frente y la desaparecí, no, tranquilos, no la maté, sólo le dejé en claro que soy yo quien decide cuando puede aparecer.

Hay partes de mi, por todos lados.

Por todos lados. 





1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué mal escribes.